Santiago tenía impaciencia por hablar con Javier. Le había gustado y ayudado a pensar la anterior sesión, máxime cuando no tenía expectativa alguna en que le serviría. Había sido una semana dura en el trabajo y en su vida personal. Desencantos y decepciones que le habían llevado a la necesidad de compartir sus sentimientos y pensamientos. Con la esperanza de encontrar respuestas

Ya te dije la pasada semana que lo máximo que puedo es ayudarte a que te hagas nuevas preguntas, comenzó Javier hablando a Santiago cuando éste le contó su situación, pero que las respuestas están en ti. Y cuando me hablas de la esperanza … Aprende que esperanza viene de espera, y mientras esperamos caemos en la pasividad e incluso asumimos que las cosas tienen que ocurrir sin nuestra participación. Lo contrario a la esperanza es el deseo, que es el detonante que hace que nos movilicemos. Por ello la esperanza te detiene en una espera inútil siendo además la madre de todas las desilusiones. Decía Sartre, continuó Javier, que somos lo que hacemos con lo que otros hicieron de nosotros. Intenta que con muchos deseos y abandonando la esperanza pasiva, cada vez seas más responsable para forjar tu porvenir. En definitiva, la esperanza es amiga de la muerte y el deseo un aliado de la vida. Así que dime que deseas en tu vida y por lo que estás luchando, concluyó Javier.

A ver, respondió Santiago. Imagino que lo que todo el mundo. Ser feliz. Pero mi entorno no me lo pone fácil. Mis jefes me machacan y mi pareja cada vez está más alejada de mí. En la empresa no sé si van a seguir contando conmigo y mi pareja creo que no me entiende cuando le hago partícipe de mis problemas.

Javier sonrió. Y mirando fijamente a Santiago le respondió. El humillado no erotiza a nadie. Deja de quejarte. Cambia tu actitud. Y la próxima vez, si alguien o algo te deja, piensa que la vida siempre tiene un as en la manga a tu disposición. Y tienes que volver a jugar. A riesgo de poder volver a perder. Pero lo que has aprendido es lo bonito del juego de la vida. En la cultura oriental me explicaron que ellos iban a sus templos a ofrecer, mientras que nosotros siempre íbamos a pedir. Algo parecido sucede con el discurrir de nuestras vidas, pues la mayoría de nuestros actos están centrados en evitar que algo nos pase más que a lograr que los hechos que queremos nos sucedan.

Hay una clave para empezar a ser feliz desde hoy, Santiago. Intenta aprender a ser feliz con lo que no tienes, no con lo que tienes. Si basas tu felicidad en aquello que posees, siempre lo podrás perder, y lo que es peor aún, en todo momento te faltará una moneda para alcanzar la felicidad. Pero nos pasamos el resto de la vida buscando lo que no tenemos.

Ten en cuenta que el ser humano no es completo, nació para vivir en faltanecesitamos a los demás para estar vivos. Y de ahí mi permanente obsesión de la importancia de los principios y dejar las cosas claras desde el inicio. Las relaciones van forjando su dinámica desde el comienzo. Al principio es donde uno tiene que marcar que sí y que no es válido en las reglas del juego. En caso contrario se convierten en hábitos y es más complejo rectificarlos y deshacerlos.

Que fácil ves las cosas y que optimista eres Javier, le respondió Santiago. Siempre he creído que los optimistas no ven la realidad tal y como es, sino que se mienten a sabiendas de que las cosas no son como las pintan.

El optimismo es el auténtico coraje espiritual, le respondió Javier.  Los optimistas escriben la historia. Es una actitud de vida, de invencibles. Hazte un firme propósito. No sueñes con la felicidad. Haz feliz la realidad para que todo sea un sueño. Y un sueño siempre debe tener un plan de acción adecuado. Por ti y por los tuyos. No somos propietarios de nada, somos depositarios de lo que nuestros antepasados nos han dejado… Y tienes que dejar de sobrevivir, que es ser espectador, para vivir, para convertirte en protagonista. Empieza a hacer las prioridades de tu vida y a dedicarles tiempo. Nunca encontrarás tiempo para nada, tienes que fabricarlo. Márcate objetivos concretos. La forma de pensar es la que decide. Te guste o no, la sicología antecede a la economía. Si piensas en todo lo mal que va tu vida… te irá mal. Sólo tu determinas tus sueños, tus retos y tus objetivos para ser feliz, para tener una vida plena, no plana.

Ya, Javier, interrumpió Santiago. Pero es que yo creo …

Santiago. Un momento, antes de que sigas. Reflexiona. Ya lo decía el maestro Ortega con su dialogo interior disfuncional. Las ideas están, en las creencias estamos. Las creencias son certezas que nos cuestionamos. Nos repetimos mensajes. El poder no es de la persona sino de las frases. Son verdades incompletas o no ciertas. Las creencias alteran las percepciones porque cambian las emociones. La atención es el canal de comunicación hacia nuestro cerebro. Si atiendes a lo negativo, te irá mal. Por emociones hacemos todo, tanto lo bueno como lo malo

¿Y se puede entrenar el ser feliz?, preguntó Santiago.

Como todo, respondió Javier. La distancia entre el querer y el poder se acorta con el entrenamiento. Hazte una pregunta. ¿Qué hiciste el año pasado para mejorar profesional o personalmente tanto que te quejas? Lo que no vale es no hacer nada. Si tu no cambias, no esperes que el entorno vaya a cambiar tus circunstancias.

Pero es que es muy fácil decir sé feliz, cuando creo que la felicidad es algo etéreo que cada uno tiene su opinión sobre lo que es, respondió Santiago.

Javier se quedó pensativo intentando poner palabras que fueran entendibles para Santiago pues comprendía sus dudas. Tras una pequeña pausa, le respondió.

Hay enigmas que los resuelve el hombre. Hay misterios, que no se descubren ni resuelven.  Se desvelan. Y actuamos ante ellos con asombro, curiosidad y humildad. Tenemos que ponernos en condiciones adecuadas para que se nos pueda desvelar y experimentar. Y la felicidad es un misterio, no un enigma. Y no debes tener miedo en fracasar alguna vez. El miedo ha sido el mayor de nuestros agentes paralizantes. Y al miedo, solo con amor se le puede vencer. La felicidad no colma los sentidos, sino el corazón. No te levantes por la mañana esperando que sea un buen día, levántate sabiendo que depende de ti hacer que sea un buen día

Porque no será el éxito, la fama o las posesiones lo más valioso que vayas a encontrar, sino la persona en la que te vas convirtiendo al hacer camino, tu crecimiento personal, los vínculos que vas a establecer con tus compañeros de viaje.

Éste será tu más valioso tesoro, una vida armónica y con sentido, concluyó Javier.

Entiendo lo que quieres decirme, afirmó Santiago. Lo que pasa es que muchas veces no tengo claras las cosas y eso me confunde. Quizá ni yo sé lo que quiero.

Es normal, Santiago, apostilló Javier. Lo primero es trabajar en clarificar tus ideas. Cuanto más claras tengas las cosas, mayor conciencia tendrás, y a mayor conciencia, mayor conocimiento, y eso te llevará a un mayor compromiso en la vida en la búsqueda de la felicidad.

Pero eso no se logra con conformismo. Hay que sentirse incómodo en la vida y saber hacerse preguntas que alteren nuestras respuestas.

Hoy, con la velocidad que lleva el mundo, si no te sientes confundido es que no estás prestando atención. Es más fácil culpar a la pareja, al jefe, a la sociedad o a quien sea, que analizar por qué no soy feliz.

La felicidad es el fruto de una decisión comprometida. La felicidad no es un puerto de llegada. La felicidad es una manera de viajar. Es una actitud plena y consciente.

Así terminó la sesión. Santiago notaba que cada vez que hablaba con Javier, al menos le hacía pensar.

José Pomares

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