Con la frecuencia que mis tareas laborales me lo permiten, suelo publicar en mis redes sociales algunas reflexiones y pensamientos que siempre van muy relacionados con la vida y el trabajo.
En pasadas fechas publiqué la siguiente reflexión: “Si amas a alguien demuéstraselo en vez de decírselo, pero si no amas a alguien díselo en vez de demostrárselo”.
Un gran amigo y excelente empresario me contestó de la siguiente forma: ”100% aplicable a la empresa”.
Y no solamente estoy de acuerdo, sino que todas mis reflexiones van con ese doble interés de poder aplicarlas a la vida y al entorno empresarial, ya que siempre he mantenido que la familia y la empresa son dos instituciones prácticamente idénticas, ya que se gestionan emociones, sentimientos, conflictos, personas … y la única diferencia existente es que en la familia debería prevalecer un amor basado en el sentimiento, mientras que en la empresa ese amor tiene que derivarse hacia el comportamiento, ya que nadie nos obliga por nuestro trabajo a querer a nadie.
Esto hizo animarme a publicar en este artículo otras reflexiones que a lo largo de mi trayectoria he ido plasmando, y que son exactamente igual de aplicables a los dos entornos y que creo que son dignas de pararnos a pensar durante un instante en el contenido de estas.
Para no extenderme en demasía, y dado que las reflexiones parecen claras en su contenido a su aplicación en el entrono vital, me gustaría centrarme en su significado desde el punto de vista laboral, máxime cuando esta colección de artículos va encaminado en su aplicación en el mundo de la empresa.
A modo de ejemplo, y da igual que quien me esté leyendo sea empresario o empleado, sirvan las siguientes:
“Si una persona juega a perderte… déjala ganar”
En ocasiones suben al vagón del tren de nuestra vida personas que impiden nuestro correcto tránsito por la misma. No hay trabajo ni persona que merezca la pena que nos amargue nuestra existencia. Y es nuestro ego, no nuestra conciencia, la que mantiene una lucha sin sentido para ganar la partida. Luego hablamos de relaciones tóxicas, pero mejor será abandonar y dejarle ganar una batalla en su vida que no perder la guerra en la nuestra. Es cierto que a veces no es tan fácil irse. Por eso, nunca pare de prepararse, dar su mejor versión, ser responsable en la vida y tomar decisiones, porque al que no hace nada, nada le pasa.
“El problema es que aprendimos a quedarnos, incluso después de tener suficientes motivos para irnos”
En la cultura judío-cristina de la que venimos, nos enseñaron eso de “esta vida es un valle de lágrimas”. Creo que ahí empieza esa gratuidad con la que nos quejamos y no actuamos. No considero que sea de buen maestro enseñar a quedarse, paralizarse y vivir en la zona de confort cuando existe la opción de arriesgarse a vivir y ser feliz. Uno puede pasar por este mundo ganándose la vida, pero nada hay más bello que empezar a crear tu propia vida para pasar a celebrarla cada día de nuestra existencia porque es verdaderamente un regalo. Y si en algún sitio no estás bien, sé valiente y hazlo. Y si tienes miedo a hacerlo, hazlo con miedo. De lo contrario no sólo nos quedaremos angustiados sino que pensaremos que la culpa la tiene el otro. Y, sinceramente, culpable se es de un delito o de un pecado, del resto somos responsables.
“Lo importante no es si pierdes o sin ganas, lo importante es que no pierdas las ganas”
Hay dos motores que mueven el mundo. La necesidad y el deseo. En ocasiones, obvio, tendremos que actuar por necesidad cuando no nos quede otra opción. Pero le aseguro que si su motor es el deseo, la ilusión, las ganas … no tendrá que volver a trabajar ni un solo día de su vida, porque dejará de cumplir normas que le impongan y pasará a comprometerse consigo mismo con un deseo infinito de sacar afuera todo lo que pervive dentro de usted, dejando de por vida el sacrificio que conlleva el trabajo para centrarse en el esfuerzo de querer hacer cada día las cosas mejor para satisfacción suya y de los que le rodean.
“Todo lo que tu abandonas, te abandona a ti”
Siempre he dicho que la aplicación de los valores son egoísmos inteligentes. El camino más corto para que alguien me preste atención, sea agradable conmigo, me escuche … es que yo antes lo haga con él. Todos llevamos un cartel invisible en la frente que pone “hazme sentir importante”. Y si no fomento el amor al ajeno, si no le doy importancia, si no le valoro y le reconozco su esfuerzo, la consecuencia siguiente es que él no lo hará conmigo. Y no basta con sentirlo, hay que expresarlo. El amor no es un sentimiento, es la expresión de ese sentimiento. Todo lo que no se dice, al final no existe. Y jamás abandone nada de lo que quiera conseguir. Hay dos reglas de oro muy sencillas para funcionar por la vida. “No hagas al otro lo que no te gustaría que te hicieran a ti”. Pero no hacer el mal es el suelo. Hacer el bien no tiene techo. Por lo que la segunda regla, más productiva porque es de acción y no de omisión, sería “haz al otro lo que te gustaría que te hicieran a ti”
“A veces, por intentar entender la vida, se te olvida disfrutarla”
Está comprobado que alrededor de un 80% de los problemas que nos preocupan, luego no nos pasan. Pero más complejo aún es intentar entender la posición, el pensamiento o el motivo de las actuaciones de los que están a nuestro lado. Ni sabemos con exactitud la complejidad de su vida ni los motivos que tienen para actuar de determinada forma. Pero queremos entenderlos y que nos den todas las explicaciones precisas. Y mientras tanto se va pasando nuestra vida. Cuando esto le suceda, piense en usted. En sus cambiantes estados de ánimo, en la toma de sus decisiones, en la coherencia de sus actuaciones, y en ocasiones se dará cuenta, como reza el título de una de mis conferencias, que “Ni yo me entiendo”. Así que no pretenda entender la vida del ajeno, porque le será imposible.
Me gustaría seguir comentando reflexiones. Pero prefiero que sea usted ahora el que haga ese ejercicio. Así que aquí le dejo otras para que vaya practicando.
Con mis mejores deseos e intenciones. Y no se olvide de ser feliz. Es lo mejor que puede hacer para la gente que le quiere.
“De lo que no se habla, se acaba haciendo”
“El camino más largo es quedarse quieto”
“Con algunas personas se pierde el tiempo, con otras se pierde la noción del tiempo y con otras recuperamos el tiempo perdido”
“Pon atención a quien se pone feliz cuando tú estás feliz”
“El amor nace por los pequeños detalles y muere por la falta de ellos”
“Está muy de moda el aprender a soltar, pero se nos olvida el sostener, reparar, cuidar, amar, y no salir huyendo cuando todo se complica”
“Cuando sales del pozo no hay que olvidarse del que te dio la mano para salir, ni del que te empujó para caer”
José Pomares
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